Versión al español: Martha Sánchez Llambí terranova@prodigy.net.mx
Cuando terminaba de escribir esta experiencia
me encontraba en Jekyll Island, Georgia. Habían pasado nueve años desde la
última vez que había estado allí. En 1996 di una plática en la Conferencia Solar Heart (del Corazón
Solar). Ese evento cambió mi vida para siempre. Pueden leer más en el Capítulo 14 de la siguiente página:
Este artículo va a cambiar mi vida de maneras que no puedo
siquiera empezar a imaginar. Escribir acerca de algo que la mayoría de las
personas temen nunca es fácil. Después de que esta información fue leída a un grupo de
participantes en uno de mis talleres más recientes se me dijo que yo era
alguien muy temeroso. La
verdad es que no lo soy. Si
existe algún miedo en mi es que ustedes me juzguen después de leer mi
historia. No puedo permitir que algún juicio interfiera con el hecho de
ser un maestro y de compartir mis discernimientos o clarividencias, si
éstas pueden ayudar a los demás a encontrar la esperanza. No soy una víctima. En ocasiones nos toma tiempo en
nuestro camino el darnos cuenta de lo que ha sido creado. Soy un Creador.
“Un hombre que aplica la medicina no debería ser un santo. Debería experimentar y sentir todos los altibajos, toda la desesperación y la alegría, la magia y la realidad, el valor y el miedo, de su gente. Debería ser capaz de hundirse tan bajo como un insecto o elevarse tan alto como un águila. A menos que tenga la capacidad de experimentar estas dos situaciones no será tan bueno como un hombre de medicina, un curandero.”
---- John Fire Lame Deer (Venado Cojo)
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LA HISTORIA
COMIENZA
Parece ser que he estado viajando la mayor
parte de mi vida. Actualmente
tengo millones de millas de tiempo-aire. A medida que envejezco, ir sentado
en un avión durante 12 o 14 horas me parece cada vez más pesado. Siento que el vuelo a Australia es
el que presenta el reto físico más difícil. Se trata de un viaje
sumamente largo. Al arribar
nos encontramos con una estación del año opuesta, teniendo que despertar
cuando normalmente es hora de dormir. Pero ha sido mi costumbre empezar
a ver clientes para sesiones de Heart & Soul Healing (Sanación del
Corazón y el Alma) inmediatamente después de mi llegada.
Mi viaje
a Australia en mayo de 1999 fue físicamente estresante a medida que
establecía contacto con una energía que había estado rastreando durante
más de cuatro años. Le había prometido a un amigo -que había fallecido
como resultado de esta conciencia energética- que devolvería el equilibrio
a esta energía. Era una energía vieja, muy pegajosa y tenía bolsas de
conciencia colectiva de maldad pura. De cierta manera, era como si esta
energía se hubiera dado cuenta que podía esconderse en este abierto y
amplio continente. Esta
energía era más intensa que otras energías con las que me había topado en
otras partes del mundo, era de un tamaño enorme y muy negativa. Trabajar con cualquier conciencia
colectiva grande y poderosa puede ser muy desafiante y nos lleva a los
límites del cuerpo físico. Es
ahora apenas que he reconocido el origen de esta energía destructiva de la
cual hablaré en otro boletín. Durante esa visita a Australia, mi vida
cambió para siempre; ya no volvería a contemplar mi vida de la misma
manera. Había notado una protuberancia en la parte posterior de mi cuello
que se sentía como un quiste. Fui al médico para que la removiera. El médico sugirió que debía ir
al hospital. Estando en el
hospital, mientras el medico me examinaba, nos dimos cuenta que no se
trataba de una pequeña protuberancia. El doctor quería hacer varias
pruebas. En virtud de que
debía regresar a casa en los E.U. al día siguiente decidí esperar y ver a
mi doctor de cabecera. Cuando
mi médico vio la hinchazón recomendó una biopsia. Un par de días después, un segundo
médico programó otra biopsia. Me informaron que aunque algo podía percibirse se necesitaba un
examen más profundo del tejido. Me enviaron de vuelta a casa
diciéndome que me informarían cuando los resultados estuvieran
completos.
Continúa:
Un año antes, la familia de mi pareja había planeado un viaje a Irlanda que debía principiar al día siguiente. Tomé la decisión de no ir al viaje para poder esperar la llamada telefónica con los resultados de la biopsia. Esa llamada es una que nunca olvidaré. El médico fue muy cuidadoso al pronunciar claramente: “Tienes un pequeño linfoma que no es Hodgkin, que no es agresivo. Tienes cáncer.” Dijo que necesitaba ver a un oncólogo y que aunque no quería decirme cuál especialista escoger sí me sugirió un oncólogo que él vería si fuera yo. Su actitud era muy propia, como la de un ejecutivo de negocios, y algo distante. Recuerdo que pensé: ‘No querría tener su empleo’. Al colgar el auricular me convertí en una persona con cáncer. La familia de mi pareja había salido de vacaciones y durante un mes estaría en casa, ‘solos mi perro y yo’. Sentí como si algo hubiera pasado sobre mi vida, y el futuro como lo había imaginado se había ido, dejando un enorme hoyo dentro de mi.
Fui
disparado hacia el lugar de lo desconocido y me preguntaba: “¿Qué va a
suceder ahora? Nunca había
tenido miedo de la muerte puesto que había visto esta energía y el miedo
que la rodea durante muchos años de práctica con mis clientes. Entonces, apareció la tristeza.
“Qué va a pasar con mi familia? ¿Podrían finalmente hacerse cargo de ellos
mismos sin mi ayuda? Y luego, por supuesto, estaba el asunto de mi trabajo
en la sanación. Al adquirir
cáncer, ¿el trabajo de mi vida quedaría invalidado? ¿Querría alguien venir
conmigo para sanarse o para aprender las técnicas de sanación? ¿Confiarían
en alguien que sufre de cáncer? ¿Acaso pensarían los alumnos que mi método de Sanación del Alma y
Corazón les daría cáncer? Tantos pensamientos llenaron mi mente de pronto
que las emociones me embargaron. Necesitaba comprender por qué me había pasado esto a mi.
En mi
corazón de corazones yo sabía qué significaba esta energía del
cáncer. Al principio pensé que quizá
era el resultado de algo que había repetido una y otra vez a lo largo de
los últimos años: “No quiero estar aquí”. De hecho, realmente no había
querido morir, sólo que ya no quería ser parte de la forma en la que las
personas se estaban lastimando aquí en la Tierra. Pero, ¿me creería alguien?
¿Pensarían que solamente estaba ofreciendo excusas por mi situación?
Rápidamente descendí en espiral hacia la depresión, atrapado por mis ideas
del estigma de tener cáncer y al mismo tiempo ser un sanador. El sentimiento de impotencia hizo
que mi mundo se derrumbara, haciendo que todas mis ideas previas a esta
situación se colapsaran.
Mi viaje,
acompañado por el cáncer, había iniciado; un viaje que iba a ofrecerme mi
más profunda comprensión acerca de la energía. A través de los años,.había demostrado la
energía de “Ser Uno” a todos los participantes en mis talleres al invocar
y atraer toda la energía del planeta hacia mi; todo el odio, toda la
energía de la guerra, la ambición, el amor y más. Al hacer esto frente a tantos
grupos les estaba demostrando que si realmente somos “Uno” con todas las
conciencias, “Uno” con toda la energía, “Uno” con todo, no hay miedo y no
hay necesidad de tener miedo, porque entonces todo es energía
pura.
Otros
maestros espirituales y algunos de mis alumnos se incomodaban cuando yo
hacía ese llamado a la energía del planeta. Este diagnóstico de cáncer podía
ahora suministrarles las municiones que necesitaban para estar en
desacuerdo con ser “Uno” con toda la energía. Ahora podían volver a caer
en el viejo rol de Víctima o Salvador. ¿Qué edad tenía la conciencia de
separación? ¿Cuántas otras ideas serían invalidadas si fuéramos ‘Uno’ con
todo y ‘Separados’ de nada? Yo sabía que esta era la vibración real del
Origen.
Mis
enseñanzas han sido siempre que el miedo sólo crea más miedo. ¿Acaso ahora
las personas pensarían que mi proceso de llamar a todas las energías del
planeta había creado mi cáncer? De hecho, esto había sido mi enseñanza más
controvertida. Uno
pensaría que sería la más
fácil: ‘Ser Uno vs. Separación’. ‘Ser Uno’ (o la Unidad) es ser uno con todo y ‘Separación’ era
separarnos, cada uno, de cualquier otra energía o conciencia, por lo
tanto, provocamos la separación del Origen. Después de cada demostración
mediante la cual yo llamaba a toda la energía del planeta, le he pedido al
grupo que haga 3 respiraciones profundas y que cada persona reconozca la
dulzura de una respiración pura, pránica y creativa. Sin ideas, la negatividad ya no
existe, por lo tanto, todas las conciencias pueden convertirse en energía
creativa pura. Tenía que
despertar mi mente. Esta cosa meramente estaba causando confusión. La charla de la mente ciertamente
puede convertirse en el asesino-de-la-mente.
Al día
siguiente llamé a la Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer
Society) y hablé con una enfermera. La enfermera, pacientemente me ayudó a responder mis preguntas,
utilizando para esto su propio conocimiento y la información contenida en
su base de datos de la computadora. ¿Cuánto iba yo a vivir? ¿Qué iba a suceder con mi cuerpo? La enfermera fue muy amable y, sin
mostrar ninguna emoción, me asistió en mis preguntas. Me envió una selección de libros
sobre linfomas, quimioterapia y radiación. Me dio un reporte sobre
investigaciones y pruebas médicas que estaban en proceso en varios
laboratorios.
La
decisión sobre cómo y qué hacer con este cáncer que se había manifestado
en mi cuerpo era únicamente mía. ¿Iba a ser la guerra o la paz? ¿Cómo iba a luchar una guerra con
una parte de mi que de alguna manera había creado? ¿Qué había dentro de mi
que había permitido esta vibración, o acaso esta era una vibración que
había estado alrededor mío toda mi vida?
Mis
enseñanzas también habían incluido la idea de que todo lo que existe a
nuestro derredor también se gesta dentro. La vibración del cáncer se
encuentra alrededor de la Tierra. Sus pensamientos, emociones (conflicto, estrés, depresión) y
sentimientos, consumen a los demás a perpetuar la enfermedad misma. La Sanación de Alma y Corazón nos
asiste al equilibrar todo tipo de conciencias, llevando a cada una a una
vibración más elevada. Entonces, ¿había yo adquirido esta energía? La sentía más como una
energía que era parte de todos nosotros. Era la frecuencia/vibración de
una conciencia muy vieja que había estimulado accidentalmente o que existe
alrededor de cada uno de nosotros.
Así que,
aquí estábamos, el cáncer y yo, sin que ninguno supiéramos qué hacer. Si
decidía matarlo, entraríamos en una guerra, luchando por tener espacio,
energía y vida. Mi cuerpo
sería el campo de batalla de esta guerra que actuaría por sí misma.
Podíamos usar quimioterapia o radiación. Lucharíamos hasta la muerte. Desafortunadamente, yo sabía que
el resultado sería la muerte del cuerpo.
He trabajado en hospitales durante muchos años y he visto la reacción de los cuerpos de las personas a la quimioterapia y a la radiación. Existen varias etapas del cáncer, o el confinamiento del cáncer. Yo fui diagnosticado con la 4ª. Etapa, lo que significa que el cáncer estaba en todos mis nódulos linfáticos. También se me informó que no era yo sujeto a ningún tipo de tratamiento, ya que el cáncer era silencioso y no se movía. Nada de lo que sucedía en mi cuerpo requería de un tratamiento. Mi sistema inmunológico trabajaba bien en esos momentos. No tenía más elección que rendirme. Ningún tratamiento o radiación podía ser usado en ese momento para luchar contra el cáncer que invadía mi sistema, y los medicamentos y la radiación podían afectar de manera adversa todo mi cuerpo. Me preguntaba: “¿Cuánto tiempo había estado la vibración del cáncer dentro de mi o alrededor mío, y qué tipo de energía producía esta vibración?
Los
budistas creen que debemos dar la energía del amor a la enfermedad y ésta
entonces tiene que tomar otra forma energética. Decidí pedirle al cáncer que
estuviera callado y quieto, le permití quedarse para encontrar un
equilibrio dentro de mi. Pensé en la vibración del cáncer y supe en mi corazón que había una
posibilidad de sanar o cambiar todo tipo de cáncer. Esto puede oírse como una frase
grandielocuente, a menos que yo verdaderamente crea que todos podemos
equilibrar una conciencia colectiva. La compasión equilibra la polaridad. Por años, esta ha sido mi
enseñanza. ¿Era esto una
prueba que yo había creado para mi con el objeto de comprender en su
totalidad la profundidad de esta realidad? No iba yo a perder la
oportunidad de quizá transformar esta conciencia en una vibración
distinta. Desafortunadamente,
esta vieja vibración de cáncer está hecha de muchas vibraciones
diferentes. Representa toda la energía de la enfermedad y la distorsión
que se haya experimentado en la historia. De hecho, descubrí que teniendo un
diagnóstico de cáncer iba a ser la parte más fácil de esta jornada de
sanación. Enfrentarme a la
reacción proveniente del mundo exterior, de otras personas, otros maestros
espirituales, de mis amigos y mi familia ha sido mucho más difícil y, de
alguna manera, más devastador.
A partir
de haber descubierto este cáncer me he sentido impulsado a probar que ‘ser
Uno con toda la energía’ es algo muy positivo. También he hecho lo que he podido
para ayudar a cambiar la conciencia del cáncer. Al empujarme hacia delante las
cosas se hicieron más fáciles. Creo que conforme presionamos más nuestras habilidades, resulta más
fácil utilizar nuestros sentidos hasta ese momento
desconocidos.
En octubre del 2002 hice un último acuerdo con el Espíritu: equilibrar las ideas religiosas sobre el planeta y liberar cada individuo que esté atorado en dogmas de religiones pasadas.
Estaba más impulsado que nunca: di taller tras taller, efectué miles de sesiones curativas y viajé por carretera durante más de 240 días. Continué trabajando día y noche para probarme a mi mismo que cualquier cosa es posible cuando uno cree que puede hacer la diferencia. Tuve que probarme aun más, que ser un sanador no podía lastimarme y que uno tenía que sanarse a sí mismo antes de que pudiera ayudar a los demás.
Cuando una persona se enferma, en una sociedad o familia, resulta muy desafiante para los demás el darse cuenta de lo que están experimentando. Así que esto con frecuencia puede ser un sendero de soledad. Otros solamente pueden tratar de comprender nuestras experiencias. Yo sabía que mis cirugías se convertirían en una prueba. Quería saber si mi pareja sería capaz de manejar el hecho de que yo no estaba bien. La respuesta fue que no podía. Era su naturaleza. No le gustaba ayudarme o cuidarme. Esto me permitió imaginar un tipo de situación que podía surgir si yo realmente me enfermaba de gravedad. Estaba más conciente que nunca de mi necesidad de mudarme y cambiar de casa para evitar cualquier sentimiento futuro de impotencia. Recuperarme de mis cirugías me dio una razón más para terminar esta relación.
Muchas otras cosas no habían estado funcionando en nuestra relación mucho antes del diagnóstico de cáncer. Nuestra relación había sido difícil respecto de nuestra salud y nuestro bienestar durante casi diez años. Cada vez que me preparaba para viajar solíamos discutir y terminábamos. Ya que todo entre nosotros estaba basado en polaridades, la relación era bastante insalubre en muchas maneras. Aun después de nuestro divorcio a fines de 1998, después de un poco más de dos años de matrimonio, todavía nos involucrábamos en una relación odio-amor. Mi pareja era celosa y mantenía una energía alrededor de ella que podía ser vengativa. Yo había continuado explorando las profundidades del amor y el odio, y experimentando un mayor nivel de compasión. Mi nueva conciencia me permitía darme cuenta que ya no era un adicto a las viejas energías o dinámica que se presentaba con mi pareja. Lo que no tomé en cuenta fue que durante el último año de nuestra relación parecía que ella estaba a mi lado únicamente por lo que podía obtener.
Cuando recibí el diagnóstico en 1999, me sorprendió el hecho de necesitar compartir lo que estaba sucediendo dentro de mi. Había escuchado a muchos clientes expresar una tristeza semejante cuando eran incapaces de compartir con alguien conocido que había fallecido demasiado pronto. También quería darle a mi familia una amplia oportunidad de hacer o decir lo que sentían antes de morir o de partir.
También cambiaron mis sentimientos acerca de mi propio futuro. Ya no me importaba el próximo mes o el año próximo. Rápidamente descubrí que el dicho “No tengo futuro” enloquecía a algunas personas cercanas a mi. Lo que en verdad estaba diciendo era: “Ya no puedo contar en el futuro para definirme”. Este tipo de pensamiento cambia la forma de ser de uno. Se convierte ‘el momento’, vivir cada día al máximo, permanecer enfocado dentro del ‘Ahora’.
Otro elemento abrumador era cómo los demás empezaron a querer lo que yo tenía. Mi mejor amigo me hizo una mala jugada buscando a mi pareja; las personas en quienes confiaba y que habían tomado mis entrenamientos vieron mi diagnóstico como una oportunidad para tomar mi lugar y tomar ventaja. Dondequiera que miraba parecía encontrar ambición, manipulación, control, miedo y enojo. Me sentía como si tuviera que luchar por la libertad o el espacio justo de las personas en quienes pensé que podía confiar. Parecía que ellos únicamente podían amarme si todo continuaba como había sido antes. Mi hogar nunca había sido seguro y ahora ese sentimiento se había intensificado. Sabía que tenía que encontrar un lugar seguro en donde pudiera confiar en las cosas a mi alrededor, de lo contrario me perdería y la enfermedad me vencería. Esto podría definirse como la noche oscura de mi alma, porque me sentí totalmente fuera de control.
No tener que trabajar habría sido más fácil. Habría sido bueno tener tiempo libre para ajustarme a esta nueva forma de verme. Me sentía celoso de que otros tuvieran tiempo. También decidí que no aceptaría nada cerca de mi que no significara un apoyo a mi salud. Lo que había empezado a acontecer era que yo reaccionaba físicamente con todas las personas que fueran negativas. Las protuberancias en mi sistema linfático pulsaban cuando me alteraba o me sentía estresado. Fue muy claro para mi que tenía que alejarme de toda presión, tensión, estrés y personas que no fueran agradables, que discutieran por todo, que fueran egoístas o malas. Sentía que cualquier tipo de conflicto podía matarme. Aun con aquellas personas que estaban muy cerca de mi me di cuenta que debían dejar ir la forma en la que se estaban aferrando a mi, de lo contrario tendría que abandonarlas. Lo que sentía que debía hacer era acallar el ruido abrumador en mi mente. Quería estar en silencio y no darle al cáncer ningún tipo de energía. Mi mundo exterior era ruidoso, no parecía importarle lo que yo precisaba, tan sólo parecía que se preocuparan por lo que requerían de mi.
Para algunas personas próximas a uno en la vida sentimos que tenemos que darles toda nuestra energía para poder ayudarlos a pasar nuestra propia enfermedad. Así que la familia también necesita de un grupo de apoyo o de una persona con quien puedan hablar. Ahora siento que esto debiera ser establecido antes de hablarles de nuestra condición.
PENSAMIENTOS DESDE UN LUGAR SECRETO
Ojalá pudiera compartir todas las historias-después-de-la-vida de mis clientes. Se trata de una historia continua acerca de la evolución de nuestra alma. No hay muerte. Si, del cuerpo, pero el alma vive para siempre. La manera en la que nuestra propia familia se aferra a nuestro cuerpo, eso es lo que crea el problema.
La mayor prueba apareció justo unas semanas después del diagnóstico. Le dije a la madre de mis hijos y le pedí que mantuviera el secreto hasta que hubiera recibido más información de mi doctor. Mi preocupación por mi ex esposa era hacerle saber de inmediato para que ella pudiera hacer planes para el futuro. Le dije que al parecer se trataba de un mínimo de años y que no tenía por qué preocuparse innecesariamente. Después de que colgamos el teléfono ella de inmediato le dijo a nuestros hijos que yo tenía cáncer. Esto trajo todo tipo de miedos y pánico que ninguno de nosotros estábamos en condiciones de manejar. Su madre no hizo lo que había prometido, cautiva de sus propios miedos. Una de mis hijas pequeñas trató de lastimarse en dos ocasiones la siguiente semana. Me sentí sumamente responsable. Tuvimos suerte de que no se hiciera daño. Era su grito pidiendo ayuda. Después de seis meses de terapia se ajustó a la información. A partir de esa experiencia aprendí lo importante que es para los hijos el recibir ayuda profesional si uno de sus padres está enfermo o moribundo, y lo mejor es poner todo en su lugar antes de que reciban información acerca de la condición de sus padres. Esto les ayudará a ajustarse a dicha información. Ya es suficiente con el hecho de que los adolescentes estén tan confundidos emocionalmente; este tipo de trauma puede fácilmente llevarlos a situaciones críticas.
A los seis meses de conocer que tenía cáncer me convertí en alguien osado, en demasiado arrojado en mi trabajo y con mi vida. Ya no tenía miedo de nada. Era como si la energía alrededor de mis clientes “supiera” que ya no tenía miedo, que podía elegir tomar retos y llevar la conciencia colectiva conmigo, si rehusaba dar un giro o cambiar. La vibración de ser alguien sin temor parecía extenderse hacia el infinito. Estaba dispuesto a arriesgar todo, incluso mi propia vida, para transformar los viejos patrones colectivos de conciencia en una energía creativa pura. Fue cuando me convertí en alguien sin miedo que me moví hacia lo que ahora llamo mi “acuerdo final” y entré en una curva de aprendizaje acelerado. El boletín de Octubre 2002 habla de esto y lo pueden leer en
No tengo miedo a la muerte. Para mi, fue más difícil vivir de la manera en la que las personas querían aferrarse a mi. Hay tanto que ahora no elijo hacer o participar, como los juegos que juega la gente o la manera en la que la cultura o la religión dictaminan nuestra vida. ¡Existen tantas no-verdades e ilusiones en las que se basa el funcionamiento de este mundo! Sé que puedo hacer la diferencia. La energía sobre este planeta puede cambiar, puede convertirse en una vibración más alta y puede liberar a las personas que permanecen atoradas en los viejos patrones energéticos y en las viejas conciencias. Siento que debo seguir bregando para pasar más allá de las ideas que nos mantienen en el pasado. La libertad está tan cerca que la puedo sentir. Es nueva, llena de vida y liberadora. Muchos de ustedes ya están o se les pedirá que den un paso hacia lo que verdaderamente son, que puedan vivir bajo sus propios preceptos, que sean el ejemplo de lo que predican y que sean sinceros con su yo interno.
Después de buscar, he encontrado mi Puerto seguro y un hogar amoroso y lleno de descanso. La vibración del cáncer en mi cuerpo también se ha ido a dormir. Dos estudios de tomografía de todo mi cuerpo, incluyendo numerosos análisis y pruebas de sangre han revelado, definitivamente, que el cáncer ya no existe en mi cuerpo. Los médicos no han sido capaces de localizar ninguna célula anormal ni otras señales que existían previamente o que pudieran de alguna manera establecer que soy un hombre con cáncer. Ha ocurrido una sanación a través de la presencia de la UNIDAD (del UNO que es todo y todos somos UNO), a través de los Milagros y a través de la Paz.
He aquí
algunos fragmentos de mis propios archivos de
investigación:
Otros dos
estudios también mostraron una asociación entre el SV40 y el linfoma
No-Hodgkin (Shivapurkar, et al., 2002; Vilchez et al., 2002). Estos
estudios identificaron el virus en 42-43 % de los tumores de
no-Hodgkin y no obtuvieron
ninguna muestra del SV40 en el estudio de tejido de voluntarios sanos. La
palabra linfoma es un término general para los cánceres que se desarrollan
en el sistema linfático (los tejidos y órganos que producen, almacenan y
transportan los glóbulos blancos que combaten la infección y otras
enfermedades). La enfermedad
de Hodgkin es un tipo de linfoma; todos los demás son llamados linfoma
noHodgkin. Los linfomas
ocurren en cerca del 5% de todos los casos de cáncer en
E.U.”
Nancy y yo somos sobrevivientes de cáncer. Estamos dispuestos ahora a ayudar a otras personas, actuando como consejeros para aquellas personas o familias que acaban de enterarse que alguien de su familia está enfermo. Compartiremos nuestras experiencias e investigaciones relacionadas con nuestra capacidad de mantener nuestro sistema inmunológico sano y fuerte. También nos hemos convertidos en una corporación no lucrativa a través de la cual continuaremos ayudando y compartiendo nuestro trabajo